Parecía
verdaderamente que no te necesitaba y al final me he acostumbrado a
ti como las manos se acostumbran al tacto del forro de los bolsillos
en invierno. Y es que realmente ya no sé vivir sino a bordo de tus
absurdas misiones en las que todavía nos dejamos la piel por tus
renuncias y los días y las horas cuando te da por hacernos creer a
los dos que no todo está perdido, y te creemos ambos.
Prefiero también no plantearme el sentido de nuestras peripecias por la noche y la vida, porque ahora que este devenir existencial se ha convertido en nuestra más indecible rutina sería estúpido, esto y no renunciar a tu vandalismo a medias o a mi saber estar contaminado: el llegar a la evidente conclusión de que nuestra vida se fundamenta en la filosofía de Gellner que nunca nos importó, en la patafísica que nunca conocimos, en el Rilke que no te conmoverá, en el Heiselberg que no intentaré comprender y en una canción de John Frusciante que ni tú ni yo hemos escuchado.
Así que para llegar a la inoportuna certeza de nuestra inconveniencia como mundo aislado prefiero seguir creyéndote sin reservas como medida preventiva a un no saber vivir por mi cuenta o a una existencia a medias por tu ausencia cuando te escucho hablar de tus imposibles mientras tú acabas esa cerveza y yo siento que esto es la vida.
Prefiero también no plantearme el sentido de nuestras peripecias por la noche y la vida, porque ahora que este devenir existencial se ha convertido en nuestra más indecible rutina sería estúpido, esto y no renunciar a tu vandalismo a medias o a mi saber estar contaminado: el llegar a la evidente conclusión de que nuestra vida se fundamenta en la filosofía de Gellner que nunca nos importó, en la patafísica que nunca conocimos, en el Rilke que no te conmoverá, en el Heiselberg que no intentaré comprender y en una canción de John Frusciante que ni tú ni yo hemos escuchado.
Así que para llegar a la inoportuna certeza de nuestra inconveniencia como mundo aislado prefiero seguir creyéndote sin reservas como medida preventiva a un no saber vivir por mi cuenta o a una existencia a medias por tu ausencia cuando te escucho hablar de tus imposibles mientras tú acabas esa cerveza y yo siento que esto es la vida.
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